17 de Mayo: Día Mundial de la Hipertensión Arterial

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que constituye una epidemia “silenciosa”, afectando al 34,5% de la población, según muestra la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR - 2009 - República Argentina). Además, es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, las cuales representan la principal causa de muerte en nuestro país. Lamentablemente la mitad de los hipertensos ignora que padece esta enfermedad, y entre los que lo saben, sólo un pequeño porcentaje tiene su presión arterial tratada y controlada.

Numerosos estudios epidemiológicos sugieren que el aumento de sodio y bajo consumo de potasio en la alimentación se asocia con el incremento de la presión arterial. Un importante estudio publicado el año pasado en la revista “Archives of Internal Medicine”, reveló que un consumo elevado de sodio incrementó la mortalidad en un 20%, y que el consumo elevado de potasio la redujo en un 20%.

El sodio es un mineral que colabora en muchas funciones de nuestro organismo, pero el requerimiento es muchísimo menor a la cantidad que efectivamente se consume. Todos los alimentos contienen sodio naturalmente, y en los alimentos industrializados está agregado. Una de las principales fuentes alimentarias de sodio es el cloruro de sodio o sal de mesa. Su consumo promedio en nuestro país representa alrededor de 12g de sal diarios por persona. El hábito de agregar sal a las comidas acompaña al 25.4% de la población según la ENFR 2009. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) promueve políticas de prevención de la hipertensión arterial cuyo objetivo es la disminución del consumo de sal en la dieta a valores inferiores a los 5g/día/persona (menos de 1 cucharadita tamaño te de sal) para el 2020.
El Ministerio de Salud de nuestro país ha lanzado la iniciativa “Menos sal, Más vida” con el fin de concientizar a la población en la reducción del consumo de sal, y en la disminución progresiva del contenido de sodio de los alimentos procesados mediante acuerdos con la Industria alimentaria.

En cuanto al potasio, éste se encuentra naturalmente en verduras y frutas (naranja, kiwi, banana, ciruela, melón, chaucha, brócoli, vegetales de hoja verde, papa, batata, zanahoria, etc.). Se recomienda consumir al menos 5 porciones de estos alimentos diariamente, pero según la ENFR 2009 solo el 4,8% de la población cumple con ella.

La hipertensión arterial puede prevenirse con la adopción de hábitos de vida saludables, y una vez detectada controlarse, evitando así consecuencias mayores:
 Seguir una alimentación completa y variada, incluyendo vegetales a diario, con mínimo agregado de sal y menor presencia de alimentos industrializados, como snacks y aderezos salados, embutidos, fiambres, caldos comerciales y enlatados entre otros.
 prender a leer las etiquetas de los alimentos y los líquidos, buscando los de menor cantidad de sal agregada: un mismo alimento enlatado o las aguas o jugos envasados presentan gran diferencia en el contenido de sodio según la marca.
 Mantener un peso saludable y realizar actividad física frecuente.
 Suprimir el cigarrillo.

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