Escrito en los huesos
El riesgo de sufrir fracturas osteoporóticas comienza a gestarse a edades
tempranas, como resultado de una alimentación pobre en calcio
Se la ha llamado la epidemia silenciosa, pues carece de síntomas que delaten su gestación. En la Argentina la padecen aproximadamente 1.200.000 mujeres. Se trata de la osteoporosis, una afección que se caracteriza por una mayor fragilidad ósea que predispone a sufrir fracturas. Afortunadamente, hoy existen modernas técnicas que pueden reparar huesos descalcificados sin cirugía.
"La osteoporosis es una enfermedad del esqueleto que se caracteriza por una masa ósea baja, acompañada de una alteración en la microarquitectura del hueso, que lo debilitan. En su desarrollo influyen distintos factores: hormonales, genéticos y metabólicos", explica María Ema Urthiague, directora de la Escuela de Climaterio de la Asociación Argentina para el Estudio del Climaterio, actualmente a cargo del Consultorio de Climaterio del Hospital Nacional Alejandro Posadas.
Una de cada tres mujeres de entre 60 y 70 años padece esta afección. Y es que el paso de los años conlleva una disminución de la masa ósea, por lo que un mayor promedio de vida, como el que ha logrado buena parte de la población mundial, amplía el número de pacientes afectados.
"Luego de los 80 años, dos de cada tres mujeres la sufren -advierte Urthiague-. Es importante remarcar que el riesgo de sufrir fracturas por osteoporosis es del 40% en la mujer y del 13% en el hombre. En la Argentina se producen 24.000 fracturas de cadera por año."
"La aparición de la osteoporosis está relacionada con el desarrollo del esqueleto, que tiene lugar en las primeras dos décadas de la vida especialmente, y con la perdida de calcio luego de la menopausia", explica el doctor Osvaldo Daniel Messina, jefe de Reumatología del hospital Argerich y director médico del centro CIRO de investigaciones clínicas
"Por eso -aconseja-, la mejor manera de prevenirla es realizar actividad física, consumir lácteos (sobre todo, durante los primeros veinte años de vida), evitar el reposo prolongado, los medicamentos que interfieren en el crecimiento óseo (como los corticoides) y los déficit hormonales no corregidos."
Una etapa crucial
"La menopausia es una etapa crucial para la mujer: al cesar la producción de estrógenos de los ovarios, los huesos comienzan a perder calcio -explica la doctora Urthiague-. Si la paciente no ha formado un esqueleto de buena calidad durante su juventud, se va a resentir, produciéndose la osteoporosis tipo I."
Pero ahí no termina el problema. "Con el transcurso del tiempo, el envejecimiento trae la aparición de la osteoporosis senil o tipo II -apunta la especialista-. Finalmente, está la osteoporosis secundaria a otras enfermedades o tipo III."
Existen, además, otros factores que deben ser tomados en cuenta para evaluar el riesgo de osteoporosis de una persona. "Se ve con más frecuencia en mujeres caucásicas, delgadas, sedentarias, fumadoras y, naturalmente, en aquellas que han dejado de menstruar a edades tempranas. A estos factores hay que agregarles la administración prolongada de determinadas medicaciones y los antecedentes familiares."
Messina cuenta que la "principal complicación son las fracturas vertebrales, de muñeca, cadera y, en particular, las de fémur ante traumatismos menores". Urthiague aclara: "Muchas fracturas de columna pasan inadvertidas y las de antebrazo preceden en aproximadamente 15 años a las de cadera".
Por otro lado, "la aparición de fracturas en el hombre ha aumentado con los años; si bien las consecuencias de las quebraduras osteoporóticas son más serias que en el sexo femenino, no hay demasiados datos en la bibliografía mundial". Por todo esto, la prevención debe comenzar desde la niñez y la adolescencia.
Para no quebrarse
La densitometría ósea es el estudio para diagnosticarla. A partir de su resultado se abren diferentes alternativas.
"La mujer menopáusica puede beneficiarse con la terapia hormonal que le brindará los estrógenos que ha perdido. Pero, como no todas necesitan recibir hormonas en su menopausia, para ellas existe un gran número de fármacos: alendronato, risedronato, calcio, vitamina D, raloxifeno, ibandronato y parathormona. De todos modos, permanentemente se están investigando nuevos productos, uno de ellos es el zoledronato", concluye la especialista en climaterio.
Por Marysol Antón De la Redacción de LA NACION
Dónde consultar
Asociación Argentina para el Estudio del Climaterio (Aapec): www.aapec.org .
Hospital argerich, Servicio de Reumatología: www.argerich.gov.ar .
Huesos más resistentes
En la actualidad es posible reforzar los huesos fracturados de la columna con un cemento acrílico especial. Se trata de la vertebroplastia acrílica percutánea, una técnica que reconstruye la vértebras dañadas o colapsadas por la descalcificación que produce la osteoporosis. Este procedimiento mínimamente invasivo ha demostrado ser capaz de reducir y hasta eliminar el dolor causado por esas rupturas.
"Consiste en la inyección de un polímero en el cuerpo vertebral, a través de una aguja con anestesia local. Dicha sustancia repara las microfracturas, elimina el dolor, refuerza el hueso, lo estabiliza y previene futuros colapsos. El postoperatorio es de tres horas y ambulatorio", resumió el doctor Jacques Theron, pionero de esta técnica y jefe de Neurorradiología Intervensionista de la Universidad de Caen, Francia.
El tratamiento se aplica en Europa y América. En la Argentina ha sido adoptado por el Centro Médico Eneri, del doctor Pedro Lylyk. Allí, las técnicas se perfeccionaron por la mejora de las agujas y de los polímeros.
Cómo obtener suficiente calcio
"Cuando hay una deficiencia crónica de alimentos que contienen calcio, el cuerpo recurre a las reservas de este mineral que existe en los huesos para poder reparar de alguna forma esa carencia. De prolongarse esta situación se puede producir osteoporosis", advierte la médica nutricionista Marcia Onzari.
"Un deficiente consumo de calcio, un estilo de vida sedentario, el exceso de café, de alcohol y el cigarrillo son algunos de los factores que pueden modificarse para prevenir esta patología -afirma-. La necesidad de calcio varía durante las distintas etapas de la vida. Los períodos más importantes son aquellos de mayor crecimiento: niñez, adolescencia y embarazo."
Además, agrega Onzari, "durante el período comprendido entre la primera menstruación y el final de la adolescencia, una ingesta adecuada de calcio condiciona una mayor densidad mineral ósea".
"El calcio está presente tanto en los alimentos de origen animal como en los vegetales. Los lácteos son una fuente de este mineral por excelencia -leche, yogur y quesos, estos últimos varían el aporte de calcio en función del proceso de elaboración, cuanto más maduro es mayor contenido de calcio tiene-. Los vegetales como las hortalizas verdes y algunas semillas también lo contienen, pero están más influidos por factores que inhiben su absorción."
Por eso, "si el consumo de lácteos es deficiente -menos de tres tazas de leche al día o dos tazas y un yogur o 1 taza de leche, un yogur y un trocito de queso- es muy difícil cubrir la recomendación diaria de este mineral. En esos casos, los productos fortificados con calcio son una excelente alternativa para aquellos que no les es fácil consumir suficiente cantidad de lácteos por día".
Los beneficios del deporte
Por otra parte, el ejercicio realizado en forma regular hace más lento el envejecimiento de los huesos y estimula el mantenimiento o incremento de la masa ósea total. Esto ocurre a lo largo de toda la vida, incluso en personas muy mayores.
"Los ejercicios que requieren transportar el peso corporal son especialmente benéficos sobre la salud ósea: caminatas, bailar, ejercicios con peso. A la hora de prescribir el ejercicio, se debe tener en cuenta la magnitud del esfuerzo y la frecuencia, ya que deben ser adecuadas a la capacidad de cada individuo para obtener beneficios", aconseja esta especialista en nutrición del deporte.
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