Las fiestas, un maratón de brindis 

que suma 1.000 calorías o más!!


Todos brindamos a las doce, pero la Nochebuena o fin de año empieza 
bastante antes. 
La cita suele ser tipo ocho y el alcohol empieza a circular 
desde el principio. 
Que un campari, que una cervecita fría, que un blanco para la entrada, 

y la noche avanza y las copas se vacían. Entonces llega el brindis, 

el champagne, y la mezcla, y la sobremesa. Así las cosas, han pasado 

unas seis horas, el alcohol ha ido cambiando suma unas mil calorías por 

sí solo y nadie piensa en el después, el dolor de cabeza y las horas que

 habrá que caminar o correr para reparar el descontrol.
“La idea de fiesta como sinónimo de alcohol no es nueva. 

El alcohol se ha consumido en muchas culturas desde hace siglos, 

y el rol del alcohol en la cultura es complejo. 
Mucha gente solo concibe el espacio festivo si bebe mucho. Para ellos, 

fiesta es igual a exceso. Lo consumen por placer, para relajarse y socializar”,

 opina Mónica Katz, médica especialista en Nutrición. 

“El alcohol aporta casi tantas calorías como las grasas, siete 

cada un gramo de alcohol, y son calorías vacías, no aportan nutrientes. 
Teniendo en cuenta el contexto de la cena, que generalmente se arranca 

horas antes, una persona puede llegar a consumir solo en bebidas alcohólicas

 cerca de la mitad de las calorías que debería consumir en un día entero,

 considerando que el valor diario promedio es de 2000 calorías. 

Muchos se fijan en las calorías de las comidas pero no en las de

las bebidas, son calorías ocultas, muchas veces no tenidas en cuenta”, 
dice a Clarín la nutricionista Nuria Chichizola, investigadora 

adjunta de CEPEA.
Los especialistas dicen que es un mito aquello de que mezclar 

distintos tipos de alcohol hace mal: lo que hace mal es la cantidad 

disparatada. 

“El problema es la cantidad elevada de grados de alcohol y no la mezcla. 

Las bebidas con mayor graduación alcohólica ingresan a la sangre más 

rápido que las de menor graduación, y producen una intoxicación 

más severa, deshidratación, irritación gástrica, mareos, desorientación

 -explica Silvina Tasat, de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina

 de Nutrición (SAN)-. Cuando se toman cocktails, mezclando diferentes 

bebidas alcohólicas con distintas graduaciones y algún otro ingrediente, 

se consumen demasiados grados de alcohol en una sola bebida, 

lo cual irá acompañado luego de intensos dolores de cabeza,
sensación de garganta seca y malestar general, como consecuencia 

de la rápida velocidad del ingreso del alcohol a la sangre”.
"Todas las bebidas alcohólicas tienen una graduación que representa los 

gramos de alcohol que tienen cada 100 mililitros. Por ejemplo, 

una bebida que tiene 14 grados significa que tiene 140 gramos

 de alcohol por litro de bebida”, dice el médico especialista 

en nutrición Sandro Murray. 

Y explica que el efecto es mucho más nocivo para los bebedores 

ocasionales que para los cotidianos, ya que su organismo no está 

preparado para los excesos.
“Es muy difícil tratar de compensar este elevado consumo de calorías 

con actividad física", dice Tasat. Pero entre todos los especialistas 

arman un listado de recomendaciones que seguramente ayudarán. 

Para hoy: tomar mucha agua, usar vasos pequeños, no tomar sin comer. 

Mañana habrá que comer sano sin saltearse comidas, 

hidratarse muy bien y hacer algún tipo de 

actividad física aeróbica para gastar las calorías consumidas en exceso

 y así evitar que se depositen en grasas. 
Posibilidades para todos: se debería caminar unas cuatro horas o 

bailar tres horas, andar en bicicleta dos horas o correr una hora.
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Fuente: Clarín

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